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LA RESPUESTA:
a. El Yo como fundamento de la realidad.
b. Confianza en la capacidad humana para descubrir la verdad.
c. Creencia en la historia como un proceso de progreso social y humano.
Pensadores como Nietzsche y Heidegger mostraron que el yo difícilmente podía ser un cimiento firme para la realidad. Por otra parte, Michel Foucault negó que la razón humana fuera una capacidad que lograra resultados definitivos y acumulativos, y que a lo largo de su historia los hombres había considerado como verdadero distintas cosas, por lo que nada puede garantizar que nuestro concepto actual de verdad perdure para siempre.
Fenómenos históricos como las dos guerras mundiales del siglo XX, y los regímenes nacionalsocialista y soviético afectaron el optimismo de los filósofos respecto al futuro de la humanidad. Al parecer, nada aseguraba que la filosofía y el ejercicio de la razón mejoraran a las personas o a las sociedades, ni que el avance científico y tecnológico se consagrara a la solución de los grandes problemas de la humanidad. Esas catástrofes históricas mostraron que las inclinaciones destructivas de los seres humanos persistían a pesar de los esfuerzos de los grandes pensadores por educarlos, y que la ciencia y la tecnología bien podían dedicarse - no a servir a la humanidad - sino a destruirla en una escala y con una eficacia nunca antes vistas.