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LA RESPUESTA:
Piensen en estrategias constructivas sencillas; echen mano de sus valores frente a las causas del deterioro de la convivencia.
Utilicemos como ejemplo el caso de las adicciones.
Mientras existen leyes que regulan o prohíben las adiciones, están no pueden ser la única solución. Es necesario crear programas de concientización e información.
La prohibición difícilmente resuelve la adicción. Esta debe acompañarse de campañas de prevención y rehabilitación.
Recuerda que una adicción es un hábito de conducta peligrosa o del consumo de determinados productos, los cuales resultan muy difícil de corregir o dejar de utilizar. Usualmente se mencionan en el caso del uso de drogas, pero también puede hacer referencia a dependencias no físicas sino psicológicas, como la adicción de apostar.