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LA RESPUESTA:
3. De manera individual, recordando lo aprendido en colectivo, haz con el mapa lo que se indica.
a) Ubica y colorea las entidades a las que pertenecen las comunidades de la lectura.
Michoacán:
Guerrero:
Ciudad de México:
Una vez que hayas terminado de colorear las entidades, tu mapa debería mostrar claramente estas tres áreas en colores distintos, lo que te permitirá visualizar la ubicación de las comunidades que conviven armónicamente con la naturaleza y entre ellos, según lo descrito en el texto.
b) Localiza tu entidad para saber qué tan cerca o lejos está de dichos grupos.
Para hacer esta actividad toma en cuenta tu propia comunidad. Este es un ejemplo:
Ubico mi entidad en el mapa y noto que está bastante lejos de Nuevo San Juan Parangaricutiro, en Michoacán, y también de Cuajinicuilapa, en Guerrero. Sin embargo, estoy relativamente cerca de Xochimilco, en la Ciudad de México. Al hacer este ejercicio, me doy cuenta de la diversidad de regiones y la riqueza cultural que existe en distintas partes del país. Me hace reflexionar sobre cómo, aunque estamos a diferentes distancias, todos podemos aprender de las prácticas de estas comunidades y aplicarlas en nuestra vida diaria para mejorar nuestra relación con la naturaleza y con los demás.
4. Para realizar la siguiente actividad, en comunidades, visiten la Biblioteca de Aula, la biblioteca pública, busquen información en internet con ayuda de un adulto en páginas de instituciones oficiales, como la del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, o consulten Nuestros saberes: Libro para alumnos, maestros y familia. Desarrollen lo siguiente:
a) Elijan un pueblo originario, un grupo afrodescendiente o urbano de su entidad o de la comunidad donde viven. Busquen características de su cultura y cómo se relaciona con la naturaleza.
Para elegir un pueblo originario utiliza tu propia investigación. Este es un ejemplo de que pueblo elegir:
En la Ciudad de México, uno de los pueblos originarios más reconocidos son los Nahuas. Los descendientes de este grupo étnico, famosos por ser parte de la civilización azteca, todavía habitan en algunas áreas de la ciudad y mantienen vivas muchas de sus tradiciones ancestrales.
Los Nahuas en la CDMX, aunque han sido influenciados por la urbanización y la modernización, aún conservan elementos de su lengua náhuatl y prácticas culturales en festividades y rituales. En zonas como Milpa Alta y Tláhuac, aún se pueden encontrar comunidades Nahuas que mantienen una estrecha relación con la tierra a través de prácticas agrícolas tradicionales, especialmente en el cultivo de maíz y en la celebración de rituales que siguen el calendario agrícola prehispánico.
La relación de los Nahuas con la naturaleza se manifiesta en su cosmovisión, en la que la tierra no se ve como un recurso para explotar, sino como un ser vivo con el cual coexisten y al cual deben cuidar. Esta perspectiva se refleja en sus prácticas agrícolas, que buscan ser sostenibles y respetuosas con el medio ambiente.