Ir a página:
LA RESPUESTA:
2. Después de manipularlos, anota los nombres de los objetos. Si no los identificaste, escribea qué se parecían.
a) Marca con una ✔ en la celda correspondiente, si te agradó, no te agradó o ninguna de las dos. Además,
explica por qué experimentaste tal sensación.
2. Después de manipular los objetos, tuvimos que anotar los nombres de cada uno. Fue un desafío recordarlos todos, pero aquí está lo que escribí:
- Algodón: Sí lo identifiqué. Era suave y peludo como una nube.
- Lija: Sí, acerté. Era áspera y rasposa.
- Pluma: Adiviné bien. Era ligera y suave como un susurro.
- Sal: ¡Sí, la reconocí! Granulada y crujiente.
- Gelatina sin Preparar: Esta fue difícil, pero lo adiviné al final. Era suave y gelatinosa.
Explicación:
- Algodón: Me agradó porque era suave y me recordó a mi almohada.
- Lija: No me agradó, ¡era rasposa y pinchaba un poco!
- Pluma: Me encantó, era ligera y bonita.
- Sal: No me agradó mucho, era como arena y se sentía rara.
- Gelatina sin Preparar: No me gustó mucho, era pegajosa y resbaladiza.
3. En asamblea, compartan sus respuestas y contesten estas preguntas:
a) ¿Todxs sintieron desagrado por los mismos objetos o materiales?, ¿por qué?
b) ¿En qué coincidieron casi todxs?, ¿por qué consideran que fue así?
c) ¿Qué hacen normalmente cuando alguna sensación les desagrada?, ¿por qué?
a) ¿Todos sintieron desagrado por los mismos objetos o materiales?, ¿por qué?
- No, no todos sintieron desagrado por los mismos objetos. Por ejemplo, a algunos les gustó la sal, pero a otros no. Creo que cada uno tiene sus preferencias y lo que a uno le gusta, a otro puede no gustarle.
b) ¿En qué coincidieron casi todos?, ¿por qué consideran que fue así?
- Casi todos coincidimos en que nos gustó la pluma. Creo que fue así porque la pluma era suave y bonita, y todos disfrutamos de esa sensación en nuestras manos.
c) ¿Qué hacen normalmente cuando alguna sensación les desagrada?, ¿por qué?
- Cuando algo no nos agrada, normalmente lo soltamos rápidamente y decimos que no nos gusta. Pienso que lo hacemos para protegernos y evitar sensaciones incómodas. Nosotros, los niños, preferimos cosas que nos hagan sentir bien.