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LA RESPUESTA:
Diversos telescopios, tanto en tierra como en el espacio, han ayudado a crear una especie de collage de la Vía Láctea tomando numerosas imágenes en diferentes direcciones. La posición del Sol, y por ende la del Sistema Solar, en la Vía Láctea puede llegar a saberse midiendo la distancia a la que estamos de las estrellas que vemos.
Los primeros estudios sobre la formación de los brazos espirales corresponden a Bertil Lindblad. Se dio cuenta de que las estrellas no pueden estar organizadas en forma de espiral de manera permanente. Puesto que la velocidad de rotación del disco galáctico varía con la distancia al centro de la galaxia.
149,6 millones km. La medida está basada en la observación directa, ya que las técnicas modernas permiten medir directamente las distancias con precisión.
Porque las estrellas que se ven están muy alejadas para alumbrar suficiente toda la Tierra. Además el Sol mientras está oscuro está alumbrando otra parte de la Tierra.