Biología
¿Qué son y cómo funcionan los ecosistemas?
¿Qué son y cómo funcionan los ecosistemas?
En la naturaleza se producen interacciones, las experimentamos todo el tiempo pero tal vez no somos consciente de ello. Respiramos el oxígeno del aire que está a nuestro alrededor y a su vez devolvemos a nuestro entorno dióxido de carbono. Nos alimentamos de vegetales, la carne de diversos tipos de animales, frutos, huevos, etc. Estos son algunos ejemplos de las interacciones más básicas que tenemos cada día y como podrás notar, interactuamos tanto con seres vivos como con factores no vivos. Para hablar de manera general, los seres vivos constituyen lo que en Biología se llama factores bióticos e incluyen desde seres microscópicos como bacterias y protozoarios hasta enormes animales como las ballenas e incluso el hombre y no olvidemos a las plantas, que también son seres vivos. En resumen, constituyen la flora y fauna del planeta. Por otro lado, podemos agrupar otros factores denominados abióticos en cuyo grupo encontramos el clima, la temperatura, los minerales del suelo que se constituyen los nutrimentos del suelo, el agua de los ríos, océanos, entre otros. Como se mencionó antes, estos factores interactúan entre sí y conforman lo que conocemos como ecosistemas. Así, se pueden formar diferentes tipos de ecosistemas cuyas características están determinadas por las relaciones que se establecen entre los factores bióticos y abióticos. ¿Te has preguntado por qué en algunas partes hay determinados tipos de animales y en otras unos muy diferentes? ¿Qué factor crees que determina la fauna de un ecosistema y por lo tanto el ecosistema en sí? ¿Ya lo pensaste? En los ecosistemas terrestres el factor determinante es el clima pero también el relieve y el suelo ya que a partir de éstos es que surge determinada vegetación que es alimento para determinados animales... ¿Pero qué hay de los ríos y los océanos? ¿Acaso no son ecosistemas? ¡Sí lo son! Y en el caso de éste tipo (los acuáticos) la fauna está determinada por la profundidad del agua, pero también la salinidad y otros factores como la latitud, es decir, qué tan lejanos o cercanos se encuentren del ecuador.
Cuando se habla de ecosistemas no podemos dejar de mencionar un punto súper importante, uno sin el cual, simplemente no sería posible llevar a cabo las interacciones y por lo tanto, la vida. Se trata de los intercambios de energía. ¿Recuerdas cuál es la más grande fuente de energía de la Tierra? ¡Exacto! Es el Sol. Repasemos un poco de qué manera se lleva a cabo el flujo de energía a partir de la energía solar. Las plantas reciben la energía solar y mediante la fotosíntesis la transforman en energía química por ello son llamados productores. Luego, se convierten en el alimento de los herbívoros a quienes se le llaman consumidores primarios por alimentarse directamente de las plantas. ¿Y qué pasa con los consumidores primarios? Pues eventualmente, también se convierten en el alimento de alguien más: los carnívoros a quienes por este motivo se les llama consumidores secundarios. Al final de todo esto, tenemos a los descomponedores ya que se alimentan de la materia muerta tanto de plantas como de animales y de esta manera liberan nutrimentos al suelo que permite que las plantas continúen creciendo. De esta manera se cierra el ciclo. Este ciclo del cual hablamos también conviene verlo como una pirámide, porque nos ejemplifica de mejor manera el aprovechamiento de la energía por parte de los consumidores. Observa la imagen y notarás que está dividida en segmentos, a éstos segmentos se les llama niveles tróficos. Conforme se va a avanzando en los niveles tróficos, se va perdiendo energía y por ello, solo el 10% de la energía producida en un nivel puede ser transferida al siguiente. Esta pérdida de energía es conocida como ley del 10% y es el motivo por el que en todos los ecosistemas hay muchos más productores que carnívoros.