• Reflexiona primero: Antes de participar, tómate un momento para pensar en tus experiencias personales y las de las personas que conoces.
• Asegúrate de que todos y todas estén prestando atención y de que puedan escuchar bien.
• Utiliza un lenguaje sencillo y claro para que todos y todas puedan entender la historia.
• Practica la honestidad. No hay respuesta correcta o incorrecta. Si no has vivido una situación similar, está bien decirlo. Si conoces a alguien que lo ha vivido, también puedes mencionarlo.
• Respeta la privacidad. Si vas a hablar de alguien más, asegúrate de no mencionar nombres o detalles muy específicos que puedan identificar a esa persona, a menos que tengas su permiso.
• Si decides compartir una experiencia, trata de recordar cómo te sentiste en ese momento o cómo se sintió la persona que te lo contó. Los detalles hacen que tu respuesta sea más rica y entendible.
• Trata de hacer la historia interesante y emocionante para mantener la atención del grupo.
• Haz pausas en momentos importantes de la historia para permitir que tus compañeros la asimilen y hagan preguntas.
• Si los demás tienen preguntas, asegúrate de responderlas de manera clara y concisa.
• Escucha activamente las experiencias de tus compañeros. Puede que aprendas algo nuevo o que te des cuenta de que no estás solo en cómo te sientes.
• Si un compañero comparte algo, muestra empatía y respeto por su experiencia.
• No te presiones. Si no te sientes bien compartiendo algo, no pasa nada. Puedes decir que prefieres no hablar al respecto o que no has vivido una situación similar.

Recuerda que relatar una historia no solo ayuda a desarrollar habilidades de comunicación oral, sino que también puede fomentar la imaginación y la creatividad en los niños y niñas.